Elvira Molinero
Para mí, Alinka es inolvidable. La conocí hace 55 años cuando yo tenía una tienda de costura en la calle de Ámsterdam. Ella iba a clase de baile y gimnasia que estaba arriba. Siempre estaba acompañada de su mamá y una vez entraron a comprar unas cosas. Era una niña muy , muy bonita por dentro y por fuera.
Tiempo después, cuando ya era jovencita, me pidieron que les hiciera unos camisones porque se iba a casar Yo les dije que sí. Me llevaron las telas y le hice las pruebas correspondientes.. Una de las telas era de tira bordada transparente y ella enojada me preguntó ¿me la va a forrar? Yo le dije que no y entonces ella me respondió “no me pongo nada si no va forrada”. Su mamá y yo nos reímos muchos de aquella puntada. Era otra época y yo le tuve que forrar el camisón.
Después yo tuve que cerrar la tienda por circunstancias ajenas a m voluntad. Y entonces les di la dirección y ellas me siguieron frecuentando en mi casa. Después le hice sus vestidos de maternidad y muchos otros más.. Luego me llevó a su hija Gina a quien nunca le gustaba ir ni probarse ropa. Siempre preguntaba impaciente ¿ya se acabó?
Alinka me recomendó con mucha gente. Acabé haciendo también los vestidos de su suegra, de Sarita, de la señora Vele, de toda la familia Zabludovsky, y muchas personas importantes como la señora Tamayo.
Al terminar de hacer un vestido Alinka me preguntaba ¿cuánto te debo? Cuando yo le contestaba con una cantidad ella me decía “no, no, cobra más,, enséñate a cobrar bien ya que tu trabajo cuesta” Siempre me daba consejos sobre mi matrimonio y sobre tantas , y tantas cosas ya que además era una muy buena psicóloga
Después de mucho tiempo Alinka me dijo “ Elvira , vamos a romper el turrón” háblame de tú. Yo al principio no me sentía merecedora de esto y le contesté “no, no yo no puedo señora” pero después ya le empecé a hablar de tú.
Tiempo después mi esposo se enfermó gravemente del corazón. Le dieron varios infartos, lo operaron en el Centro Médico. Estaba bastante mal, no podía comer él solo, tenía que estar con alguien y a mí no me dejaban entrar. En una plática yo se lo comenté a Alinka esta situación y ella me dijo: “Ahora verás, dame el número de su afiliación y todos los datos “. Se los di en la noche y en la víspera del otro día fue a verlo. Luego llegaron los doctores y preguntaron quién era el señor Justo García. Yo me acerqué para decirles que se trataba de mi marido que estaba en una sala con otras seis personas. Inmediatamente comenzaron los movimientos y lo pusieron en un cuarto en el que él estaba sólo. Yo me preguntaba qué habría pasado y luego caí en la cuenta de que todo se debía a Alinka, aunque yo nunca se lo pregunté y ella nunca me lo dijo pero le vivo eternamente agradecida.
Para mí, Alinka era una gran amiga, una gran mujer, una persona a la cual nunca olvidaré. Mi esposo estuvo mal sin poder trabajar mucho tiempo y ella siempre hacía cosas por mí y por mis hijas y me preguntaba si tenía yo dinero o si me faltaba algo. Nadie en la vida, ni mi propia familia, ni mis propias hermanas, hicieron, lo que ella hizo por mí. Estoy muy muy agradecida.
Cuando mis hijos eran estudiantes (que se me pasó decir) uno de ellos estaba en arquitectura y yo le pregunté a Alinka si habría posibilidad de que trabajara en el despacho con su esposo. Ella le fue a preguntar y me dijo que podría entrar al taller de dibujantes. Y así entraron a trabajar allí primero mi hijo más grande y luego el más chico quien estuvo como seis años con el arquitecto Zabludovsky
Y a si siguió la amistad, a mi me daba pena molestarla pero ella siempre me respondía “lo hago con mucho gusto, en todo lo que te pueda ayudar, ni digas eso”.
No tengo palabras con que…expresarme de ella Era una gran amiga, realmente lo máximo. Mujeres como ella yo creo ya no hay.